José María Pulido Valdovinos (1966–2016)

Brenda Sánchez Núñez

 

Desde que estudiaba la secundaria buscó perfilarse en el mundo de las letras. Trabajó en una imprenta y cuando olió la tinta recién impresa sobre el papel supo que ahí se encontraba su pasión. Decía que una vez que pruebas el olor a tinta no lo dejas jamás. Y así fue. Las palabras, habladas y escritas, fueron el instrumento con el que se desarrolló profesionalmente por el resto de su vida.

José María Pulido Valdovinos, mejor conocido como “Chema”, se dedicó al periodismo durante más de 20 años. Comenzó su quehacer periodístico en El Diario, donde se desempeñó como corrector de estilo. Antes de dedicarse al periodismo político trabajó como reportero de deportes en El Occidental, cubriendo partidos de futbol y peleas de box.

Estudió la licenciatura en Letras Hispánicas en el Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH) donde su constante deseo por prepararse lo llevó a estudiar la licenciatura en Derecho, en modalidad semiescolarizada. Nunca dejó el CUCSH. Ahí impartió clases y trabajó más de quince años en la Oficina de Coordinación de Difusión.

Sus colegas de la Oficina de Coordinación de Difusión lo recuerdan siempre de buen humor. Rosaura Saldaña, su jefa y amiga cuenta que “donde estuvieras con Chema pasabas un buen rato. Siempre. Le gustaba que la gente que estuviera con él estuviera contenta”. Chema era conocido y querido por muchas personas en la universidad. Isidoro Ortiz López, otro compañero de la oficina y amigo cuenta: “Si salías de la oficina con Chema no podías llevar prisa porque era saludar a todo mundo en los pasillos. Desde el rector hasta el jardinero”.

Chema era una persona preparada. Hablaba francés y alemán y era un lector voraz. Decía que encontraba cobijo en los libros. Solía recomendar y prestar libros sobre temas diversos a sus amigos, desde política hasta redes sociales y tecnología. Era común verlo con un libro bajo el brazo y bromeaba al decir que no hacía falta abrirlo, pues aprendía por ósmosis.

Destacó en el periodismo radiofónico, en el que incursionó en Notisistema a principios de la década de los noventa, y a partir de entonces fue parte de diferentes programas de radio sobre política como “Tela de Juicio”, “El Timbre”, “Aquí entre nos” y “Conciencia al aire”. Chema sobresalía por sus comentarios sarcásticos y críticos.

Era originario de Tingüindín y se divertía cuando las personas no conocían ese municipio de Michoacán. Él les aseguraba que existía y decía que se encontraba rumbo al cielo, a mano derecha. También decía que le iba al Zacatepec para hacer reír a quien lo escuchara, pues en realidad no lo consideraba un buen equipo de futbol. Su frase de todos los viernes era: “Hoy toca, ¿qué toca?, lo que toque”.

El esposo y padre de dos hijos también se desempeñó como consejero electoral de Jalisco en el periodo de junio de 2001 a marzo de 2005, y escribía en su blog “Fuera de Juicio” en el que colaboraban otros periodistas y amigos suyos.

Becky Reynoso, amiga y compañera en el programa “Tela de Juicio”, recuerda a Chema siempre alegre pero también reservado. Jamás se quejó de las molestias físicas que le causaba el cáncer de hígado. Nunca hablaba de su vida personal. Ni de lo que lo pudiera aquejar ni de lo que era de celebrarse. “Cuando el Club de Periodistas de Jalisco le dio un reconocimiento por su trayectoria en 2016, nunca lo dijo. Nos enteramos después”.

El 4 de octubre Becky recibió un mensaje de Chema: “Me siento mal. Creo que recaí”. Ese mismo día tuvo su última participación en “Tela de Juicio”, al lado de Becky y José Antonio Fernández. Chema falleció las primeras horas del 28 de octubre; ese día llegaron numerosos mensajes y condolencias de amigos y radioescuchas al programa. Se resintió la pérdida de un integrante querido del equipo, un periodista crítico y un buen amigo.

Chema dejó todo listo antes de irse. Incluso preparó un mensaje que se publicó en su cuenta de Twitter (@fueradejuicio) a las 7 de la mañana del 28 de octubre, mientras su cuerpo entraba a la funeraria. “¡Hasta luego!, hasta que Dios me dé permiso de volver”.