“Rudy”, 61 años de fotoperiodista

Octavio Covarrubias y Elisabeth Ramírez

 

Sus manos cambiaron las baquetas de la batería por el enfoque del lente y el obturador de una cámara. Rodolfo Rosales López, mejor conocido como “Rudy”, fue un fotoperiodista tapatío que plasmó en sus negativos una parte de la historia de Guadalajara.

Rudy trabajó más de seis décadas en el periódico El Informador. Su acercamiento a la fotografía lo propició su hermano, quien trabajaba en la revista Times y le regaló su primera cámara. Su legado comprende hechos históricos de Guadalajara como la construcción de la Cruz de Plazas, el desplazamiento del edificio de Teléfonos de México e incluso el desnudo involuntario de Marilyn Monroe, fotografía que nunca fue publicada porque no supo dónde quedó.

Sus colegas de El Informador lo recuerdan como una persona sencilla. Una de sus frases favoritas era: “Hay que darle el lugar a la gente”, lugar que Rosales López otorgaba a través de la cámara. Como si todo más allá de la lente fuera un escenario listo para que los personajes contaran su historia y él fuera el encargado de retratarla.

El periodista Antonio Flores Pozos, exjefe de cierre de El Informador, recuerda cuando conoció a Rudy en el año 1971 en la sala de redacción del periódico: “Él era el jefe del Departamento de Fotografía, ordenaba los trabajos de cada día, las fuentes y notas a cubrir. Rudy era un apasionado de su trabajo, celoso de la profesión, exigente con los fotógrafos a su mando: Guillermo Guzmán, Jesús Rodríguez ‘el Chato’, Jorge López, Carlos Hernández, Daniel Ávila… Era un jefe exigente, pero también un gran amigo y compañero de trabajo”.

En 2010 se publicó un libro que recopila parte de los 61 años de carrera profesional de Rudy. Toda una vida en la que su única arma disparaba flashes y no balas, la cual, según sus familiares, soltaba solo para ir al baño, argumentando que siempre había algo a qué tomarle una fotografía. Esa pasión por retratar fue reconocida por la Unión de Fotógrafos de la que formaba parte y que entrega desde 2010 la medalla “Rudy” a los fotógrafos más destacados de Jalisco.

Rosales López era conocido entre la sociedad de Guadalajara porque durante muchos años se especializó en el área de sociales: cubría bodas, fiestas de quinceaños, bautizos… Toda clase de eventos de la “alta sociedad” de aquellos años. Ello le valió el reconocimiento y la estimación de muchas de las familias más conocidas de Guadalajara, recuerda Flores Pozos.

Rudy también incursionó en el área deportiva, donde cubría sobre todo deportes de élite, especialmente el golf y el hipismo. “Se pasaba días enteros en los campos de golf cubriendo los torneos, sobre todo en el Country Club. Y con el paso del tiempo también practicó este deporte, por cierto con éxito. Anualmente se hacía un torneo para periodistas que cubrían la fuente, y en no pocas ocasiones fue el ganador”.

Otra de sus pasiones era el tiro el blanco. También competía de vez en cuando, tanto en el Club Cinegético Jalisciense como en el Club Diana, allá por el rumbo de La Venta del Astillero. Era bueno con el rifle y la pistola, incluso nació y se acrecentó una rivalidad deportiva en esta disciplina con otros periodistas, como Enrique Aceves “Latiguillo”, Aurelio Cortés Díaz y su compañero de profesión Guillermo Guzmán.

Salvador Alcalá Nava, quien durante más de 50 años ejerció el fotoperiodismo en Jalisco, cuenta que conoció a Rudy en 1958 o 1959. En esos años sólo había dos fotógrafos de prensa: Rudy y Alejandro Ornelas, uno en El Informador y otro en El Occidental. Rudy era “un jovenazo, un toro imponente”. Era una excelente persona, querida en todas partes, que se rozó con la élite social de la época. Siempre admiré cómo utilizaba el equipo más moderno de la época, recuerda Alcalá Nava, quien durante décadas compartió con Rudy miles de coberturas informativas. “Unos días antes de su muerte me tomé una foto con él, con un lente nuevo”.

El hombre que llegaba en motocicleta a la redacción de El Informador y que retrató a personajes como Walt Disney, al actor Gregory Peck o a Juan Rulfo, entre muchos otros, murió el 17 de junio de 2014. Tenía 88 años. Nunca dejó la sonrisa que lo caracterizaba, tampoco la cámara, su fiel compañera. “Se va uno de los grandes de la fotografía en Jalisco”, fue el titular del diario al día siguiente de su fallecimiento.