Premio Jalisco de Periodismo, 20 años de historia

Rosalía Orozco Murillo

 

La esencia del periodismo es el servicio público, lo demás es paja.
Javier Darío Restrepo, noviembre de 2016[*]

En este texto se documenta la historia del Premio Jalisco de Periodismo. A través de entrevistas personales y de un trabajo de investigación en varios sitios web y en la hemeroteca digital del periódico El Informador se pudo recuperar datos e información útiles para describir la forma en que algunos actores políticos y mediáticos del estado han logrado constituir ese galardón.

La historia de los reconocimientos a la labor periodística puede ser compleja, sobre todo en los países y regiones donde no ha sido consolidado un sistema político democrático real, que garantice sin cortapisas el ejercicio de derechos fundamentales como la libertad de expresión y el derecho a la información, sin los cuales no se puede ejercer un periodismo crítico y a profundidad.

Los premios más importantes y valorados en el mundo reconocen principalmente a los medios de comunicación y a los periodistas que cultivan un periodismo analítico y de investigación, que anteponen el interés público sobre cualquier otro interés particular. También suelen premiar a quienes ejercen con valentía el derecho a la libertad de expresión y publican trabajos con calidad y excelencia que contribuyen a conocer y a entender problemáticas sociales que tienen una enorme trascendencia para la vida en sociedad.

Por lo general, los premios al periodismo que gozan de mayor credibilidad y prestigio nacional e internacional son aquellos que no tienen vinculación directa con actores del poder político ni con organizaciones de medios, pues en ambos casos podría haber un conflicto de interés. Esos reconocimientos suelen tener el respaldo de fundaciones, organizaciones ciudadanas y universidades; es el caso del Premio Pulitzer, surgido en 1917, del Premio María Moors Cabot, fundado en 1938 y del Premio World Press Photo, establecido en 1955.

En México, hasta finales del siglo XX los premios nacionales que se entregaban a los periodistas eran patrocinados y organizados por la Presidencia de la República. El premio consistía generalmente en un estímulo económico y una constancia de reconocimiento, con los cuales se solían premiar fidelidades y coberturas a modo de medios y periodistas que eran vistos como aliados del régimen priista.

En Jalisco, hasta mediados de los años noventa, los gobiernos del Partido Revolucionario Institucional (PRI) también organizaban y entregaban los premios a los comunicadores locales, aunque fue en este estado donde surgió antes que en la capital del país un premio desvinculado del poder gubernamental. ¿Quién o quiénes impulsaron la creación de ese premio para los periodistas? ¿Con qué visión se creó ese galardón y cómo ha evolucionado en 20 años? Estas fueron algunas de las preguntas que guiaron este trabajo.

Para documentar la historia del premio, en la primera parte se presentan de forma muy general algunos datos sobre los reconocimientos que entregaba el gobierno. Luego se ahondan los detalles sobre la forma en que se gestó el surgimiento del Premio Jalisco de Periodismo. En la tercera parte se habla sobre la consolidación que alcanzó ese galardón y cómo se convirtió en un referente del premio nacional. El texto cierra con la referencia a los cambios que impulsaron los organizadores del premio estatal en la convocatoria de 2016, después de que el año anterior se registrara una controversia en la premiación.

 

Antecedentes del premio

De acuerdo con varias notas localizadas en el periódico El Informador, en los años ochenta y noventa del siglo xx existió en el estado el Concurso de Reportaje Periodístico que organizaba la Asociación de Periodistas de Prensa, Radio y Televisión del Estado de Jalisco, Comunicación Cultural, AC. Ese galardón reconocía a los autores de géneros de reportaje, entrevista, crónica y fotografía, en las categorías profesional y estudiantil. La ceremonia solía ser presidida por el gobernador en turno en una fecha cercana al 20 de diciembre de cada año, día en que se conmemoraba la aparición del periódico El Despertador Americano.[1]

Como ya se mencionó, era costumbre que el gobierno estatal organizara la entrega de reconocimientos y estímulos económicos para los periodistas. Uno de esos gobiernos fue el de Guillermo Cosío Vidaurri, quien impulsó la creación del Premio Jalisciense al Comunicador Social y presentó ante el Congreso del Estado la iniciativa del dictamen que fue aprobado el 28 de diciembre de 1989. De acuerdo con las bases de la convocatoria que se publicó en los primeros meses de 1990, con ese galardón se reconocía a los periodistas que desarrollaban trabajos en las siguientes cinco categorías: periodismo televisivo, periodismo radiofónico, reportaje periodístico escrito, caricatura o ironía plástica, artículo de fondo y periodismo gráfico o fotografía. El premio estatal no reconocía a los reporteros que escribían noticias.

Cosío Vidaurri entregó el premio gubernamental a los periodistas en el Palacio de Gobierno el 7 de junio de 1990, día de la Libertad de Expresión. En la hemeroteca digital de El Informador se constató que los reconocimientos para los comunicadores fueron entregados en 1991 por el mismo mandatario, y que en los siguientes tres años el gobernador interino Carlos Rivera Aceves presidió la premiación.

La entrega del Premio Jalisciense al Comunicador Social fue suspendida “hasta nuevo aviso” en 1995, año en el que se celebraron elecciones estatales y resultó ganador el primer gobernador no priista del estado. La cancelación del premio fue anunciada a través de un boletín de prensa expedido por la Dirección de Comunicación Social del gobierno de Jalisco, la cual retomó el diario El Informador en una nota publicada el 8 de junio de ese año.

 

Nace el Premio Jalisco de Periodismo

Durante la década en la que surgió el Premio Jalisco de Periodismo se registraron varios hechos trascendentes en la esfera pública regional. En 1991 se creó el periódico Siglo 21. El 22 de abril de 1992 explotaron varias calles en el Sector Reforma de Guadalajara y al siguiente mes renunció el gobernador priista, Guillermo Cosío Vidaurri. En 1993 asesinaron en el aeropuerto de la capital al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo. En 1994 el Congreso del Estado aprobó la Ley Orgánica de la Universidad de Guadalajara en la que reconoció la autonomía de la institución educativa que ese mismo año decretó la creación de la red universitaria. En 1995 llegó a la gubernatura de Jalisco Alberto Cárdenas Jiménez, primer gobernador no priista del estado. En 1997 nació el diario Público. En el mismo año el PRI perdió la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados. En 1998 comenzó a circular en Guadalajara el periódico Mural.

El Premio Jalisco de Periodismo fue presentado a la opinión pública en una rueda de prensa el martes 3 de septiembre de 1996. El entonces rector general de la Universidad de Guadalajara (udg), Víctor Manuel González Romero, presidió la presentación que se hizo a los medios de la primera convocatoria del galardón.

De acuerdo con la nota informativa de El Informador, “Convoca al Premio de Periodismo la UdeG con patrocinio de medios”; ese día el rector general de la UDG estuvo acompañado por algunos de los directivos y representantes de los medios de comunicación más importantes de la entidad. Durante el acto, Ricardo del Valle del Peral, entonces director del periódico El Occidental, destacó la trascendencia de que la UDG abanderara ese premio “sin intromisiones del sector gubernamental”.[2]

Cristina Morfín Ramírez, quien fuera directora de la Oficina de Comunicación Social de la UDG durante el rectorado de González Romero, explicó en entrevista que la idea original de instituir un premio que tuviera independencia del gobierno fue del rector, y que las intenciones principales que impulsaron el proyecto fueron dos: reconocer de manera “imparcial” y no “inducida” el trabajo profesional que hacían los periodistas y profesionalizar el trabajo que realizaban en los medios de comunicación.

Fue Víctor Manuel González Romero quien se encargó de invitar personalmente a los directores y dueños de los medios afincados en la zona metropolitana de Guadalajara. Cristina Morfín recuerda que uno de los directivos que más entusiasmo mostró ante la invitación fue Carlos Álvarez de Castillo, director general del periódico El Informador, quien apoyó al rector para que más medios participaran en la primera convocatoria.

Para que [el premio] fuera imparcial y más fidedigno se pensó que lo dieran los propios medios. De entrada, Víctor pensaba que iba a ser un poco difícil porque iba a haber un poco de fricciones, aunque ellos solo iban a otorgar el premio, los medios iban a competir en muchos sentidos, todos iban a querer que alguien de su medio fuera el ganador, pero esa fue una de las cosas que más se cuidó, que no se fuera a inclinar la balanza para ningún medio y en eso contribuyeron mucho los investigadores de la universidad que participaron como jurados y gente externa de los medios.[3]

Al llamado del rector respondieron los siguientes medios de comunicación impresos y electrónicos: Canal 58, Canal 6, El Financiero, El Informador, El Occidental, Grupo ACIR, Multivisión, Notisistema, Ocho Columnas, Promomedios, Radioprograma DK, Megaradio Guadalajara, Siglo 21, Telecable de Zapopan, Televisa, Televisión Azteca y XEW Guadalajara. En la figura 3.1 se puede observar la primera convocatoria del premio que fue publicada en el periódico El Informador.[4]

Cristina Morfín fue la encargada de coordinar los trabajos para delinear la primera convocatoria del Premio Jalisco de Periodismo, que dicho sea de paso ha conservado su nombre original hasta la fecha. Se invitó a los periodistas a participar con trabajos en las categorías de prensa escrita, fotografía, radio y televisión. La premiación a los ganadores de la primera edición del premio se llevó a cabo el viernes 13 de diciembre de 1996 a las 12:00 horas en el Paraninfo Enrique Díaz de León de la Universidad de Guadalajara. Los ganadores en prensa escrita fueron Agustín del Castillo y Francisco Nava del periódico Siglo 21 con el reportaje “Una migración silenciosa en el corte de caña en Tamazula”; en la categoría de radio el premio fue para Alberto Gómez Reynoso de Triple A por el trabajo “Jalisco y sus penales de Puente Grande”; en televisión ganó Beatriz García de la Cadena con la nota “Seguridad escolar” que se publicó en el Canal 4 de Televisa. Los ganadores recibieron 20,000 pesos y un reconocimiento.

Cristina Morfín confirmó que al inicio todos los medios patrocinaban el premio, pero que conforme pasaron los años algunos medios dejaron de apoyar: “Patrocinaban todos, al principio fueron todos, luego ya empezaron algunos a hacerse para atrás, la universidad tenía que aportar la parte de los que no le entraban, pero lo que a mí me tocó ver es que todos tenían interés porque el premio fuera de categoría”.[5]

En 1997 el premio otorgó 25,000 pesos al ganador de cada una de las cinco categorías; a partir de ese año se comenzó a acompañar el premio con la presea “Emisario”, obra del escultor Diego Martínez Negrete. La idea de entregar esa escultura fue de Carlos Álvarez del Castillo. En esa ocasión patrocinaron el premio la Universidad de Guadalajara y 16 medios de Jalisco, según se consigna en la nota de El Informador “Lanzan convocatoria para el Premio Jalisco de Periodismo”.[6]

En 1998 el estímulo económico para los comunicadores que ganaban en alguna de las categorías subió a 30,000 pesos y al nombre del premio se añadió la palabra “Emisario”. En los años 1999 y 2000 volvió a subir el monto del apoyo monetario que se otorgó a cada uno de los ganadores, por lo que se otorgaron 35,000 y 40,000 pesos respectivamente, junto con la presea escultórica que le ponía apellido al premio.

En 2001 el Premio Jalisco de Periodismo convocó por primera vez a la distinción “Despertador Americano”, para reconocer la trayectoria periodística de un comunicador de la entidad. En la convocatoria se explicaba que los candidatos podían ser propuestos por organismos públicos o privados y por ciudadanos. Los requisitos de participación para esa categoría eran: tener al menos 20 años comprobables de experiencia en el periodismo de Jalisco y presentar currículum vitae. No se pedía que el aspirante fuera periodista en activo. El fallo final sobre la elección del ganador lo daban los integrantes de la asamblea del premio.

Javier Medina Loera, colaborador del periódico El Informador, fue el primer periodista en recibir el galardón “Despertador Americano” y 60,000 pesos por su trayectoria. Este comunicador había recibido en 1991 el Premio Nacional de Periodismo de parte del Gobierno de la República. En la tabla 3.1 aparecen los ganadores de ese premio hasta el año 2016.

 

El premio se consolida y “moderniza”

Después de cumplir un lustro reconociendo la labor de los periodistas en el estado, el Premio Jalisco de Periodismo se convirtió en un referente nacional, cuyo modelo de organización sirvió para diseñar la convocatoria del Premio Nacional de Periodismo, así lo informó el director general de El Informador, Carlos Álvarez del Castillo, durante la rueda de prensa en la que se anunció la convocatoria del premio estatal en 2001.

Según se consigna en la nota “En Jalisco el periodismo contribuye a una nueva cultura ciudadana”, el directivo del medio local se congratuló de que los nuevos organizadores del certamen nacional que “anteriormente era convocado por la Secretaría de Gobernación y en lo sucesivo recaerá en los medios de comunicación, universidades y organismos no gubernamentales”, se ahorrarán “malos” ratos aprovechando la experiencia que se tenía en la entidad.[7]

Cristina Morfín Ramírez recuerda que se reunió con algunos representantes de medios de la Ciudad de México, quienes vinieron a Guadalajara, por sugerencia de Carlos Álvarez del Castillo, para conocer cómo se organizaba el premio en Jalisco: “Nos pidieron asesoría, vinieron a hablar conmigo y otras personas, les explicamos cómo era todo el mecanismo, qué estrategias teníamos para cada cosa, cómo era la estructura. Nos preguntaron que cómo le hacíamos para tener un premio como el que ya teníamos en Jalisco, prestigiado, honesto, transparente”.[8]

Otro dato que habla de la consolidación del premio en el plano regional es que a partir de 2002 se invitó a participar en el concurso a estudiantes de periodismo y comunicación. Los primeros ganadores en esa categoría fueron Álvaro Alonso González Ramírez, Christian Vega Alcocer y Rolando González Hernández, alumnos del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), quienes recibieron un reconocimiento sin estímulo económico por su trabajo “Erotismos en cada esquina: el auge del comic porno”. Ese año, los ganadores de las otras categorías recibieron 50,000 pesos, mientras que el “Despertador Americano” entregó 60,000 pesos, esos mismos montos fueron entregados en cada categoría hasta el año 2009.

Para “modernizar” el premio en 2007 se le quitó el nombre de “Emisario”, aunque la presea escultórica siguió llamándose igual y los ganadores la siguieron recibiendo. Además, fueron añadidas tres nuevas categorías al concurso: crónica, entrevista y noticia. Ese mismo año el rector general de la Universidad de Guadalajara, Carlos Jorge Briseño Torres, anunció que la presidencia del premio sería “rotatoria” y que a partir de 2008 recaería en el ITESO o la Universidad del Valle de Atemajac (Univa), universidades que se unieron a la UdG para respaldar, “ciudadanizar” y “promocionar más” el galardón.[9]

En 2008 la Universidad del Valle de México (UVM), la Universidad Panamericana y la Universidad Univer comenzaron a apoyar el concurso y la presidencia del premio recayó por primera vez en el ITESO. Durante el anuncio de la convocatoria Héctor Manuel Acuña Nogueira, rector de esa institución, reconoció la trascendencia y el “valor social de la presea”, al lograr posicionarse como uno de los reconocimientos con “mayor relevancia en este ámbito en el país”.[10]

Pese a que la Universidad de Guadalajara no presidió el premio en 2008, la rueda de prensa para anunciar la convocatoria fue en la Sala de Ex–rectores de la Universidad de Guadalajara y la entrega de premios se llevó a cabo, como ya era tradición, en el Paraninfo Enrique Díaz de León en el mes de diciembre.

En 2009 el periódico El Informador ganó por primera vez el premio en la categoría periodismo digital, con el trabajo especial titulado “Elecciones 2009”. Alejandro Cabanillas Sepúlveda recibió el galardón a nombre del diario. En ese mismo rubro Rossana Reguillo, de la revista Magis en línea del ITESO, recibió una mención especial por el trabajo “Diario de la epidemia” realizado en un blog ligado a esa publicación. Ese año la premiación fue realizada en el Auditorio Pedro Arrupe del ITESO y no en el Paraninfo Enrique Díaz de León.

Una de las novedades que tuvo el premio en 2010 fue que comenzó a entregar un estímulo económico de 25,000 pesos para los estudiantes ganadores. Además aumentó el monto del premio para los periodistas a 70,000 pesos (20,000 pesos más que en 2009). El premio “Despertador Americano” entregó ese año 85,000 pesos, 25,000 pesos más que en años anteriores. Las categorías fueron: reportaje en prensa escrita, reportaje televisivo, reportaje en radio, fotografía, fotografía en movimiento, crónica, entrevista, periodismo digital y el premio al estudiante.

En la convocatoria de 2013 los organizadores redefinieron las categorías considerando el género periodístico en el que son producidos los trabajos y no el medio en el que son publicados, por lo que se invitó a los periodistas a enviar crónicas, entrevistas y noticias. También se incluyeron las categorías fotografía fija y fotografía en movimiento, pero desaparecieron periodismo digital, reportaje en prensa escrita, reportaje en televisión y reportaje en radio.

Debido a que la Universidad de Guadalajara fue la impulsora del premio, históricamente ha tenido a su cargo la Secretaría Técnica del Consejo Directivo, cuyas responsabilidades son coordinar la logística para recibir, resguardar y procesar la información referente a los periodistas y trabajos postulantes. Además, administra el sitio web http://v6.comsoc.udg.mx/premiojalisco/ donde se publican las convocatorias y algunos datos históricos del premio.

 

Controversia impulsa cambios en 2016

En 2015 la entrega del premio en la categoría “Despertador Americano” desató críticas al Consejo Directivo porque decidió entregar el galardón al politólogo, asesor político y académico de la Universidad de Guadalajara Javier Hurtado González, cuyo único vínculo que tenía con el periodismo era ser comentarista y columnista en varios medios de la entidad.

El comunicado emitido por la UdG el 5 de diciembre de 2015 justificó la entrega del premio a Hurtado González “por su destacado ejercicio profesional en beneficio de la sociedad jalisciense”, pero no resaltó algún mérito relacionado con el quehacer periodístico, por lo que en estricto sentido el politólogo no reunía los dos requisitos principales para ser premiado: ser periodista y tener una trayectoria reconocida en ese campo profesional.

Tras el anuncio oficial del ganador, varios periodistas y académicos manifestaron su inconformidad y emitieron críticas a través de sus cuentas en redes sociales y en algunos medios locales. Pese a no haber argumentos sólidos que sustentaran la premiación para Javier Hurtado, este recibió el premio “Despertador Americano” el 9 de diciembre de 2015 en el Paraninfo Enrique Díaz de León, de la Universidad de Guadalajara, institución que presidió el Consejo Directivo ese año. Durante el acto de premiación el politólogo emitió un discurso plagado de justificaciones sobre por qué alguien que se dedica a escribir artículos de opinión merece ese reconocimiento.

El premio a Javier Hurtado desencadenó cuestionamientos a los miembros del Consejo Directivo (directores o representantes de medios y autoridades universitarias), por tener en sus manos la decisión final sobre la entrega del premio a la trayectoria periodística, y no tomar en cuenta la opinión de expertos externos, periodistas y ciudadanos.

Debido al episodio desencadenado en 2015, en 2016 el Consejo Directivo del premio, presidido por el ITESO, realizó cambios importantes a la convocatoria. En el caso del reconocimiento “Despertador Americano” añadió en los requisitos que el postulante demuestre con evidencias que tiene una trayectoria destacada dedicada al periodismo como actividad profesional principal, también se pide que esa trayectoria esté caracterizada por la “integridad” y la “honestidad”.

Por primera vez en la historia del premio, en 2016 se abrió la posibilidad para que los ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil postulen trabajos periodísticos que consideren relevantes para la población. Otro de los cambios importantes fue que además del estímulo económico, los periodistas y estudiantes ganadores podrán recibir una beca para estudiar un curso o diplomado en alguna de las universidades patrocinadoras.

También fueron delimitadas las categorías del concurso a los géneros periodísticos de noticia, reportaje, crónica, entrevista y fotoperiodismo. En todos los casos se aclaró que los periodistas podían postular trabajos en “cualquier formato o medio”. Además, se especificó que los medios digitales participantes en cualquiera de los géneros debían tener su sede en el estado, contar con al menos un año de existencia, producción original y una periodicidad de publicación regular.

A lo largo de 20 años, el número de organizaciones que ha patrocinado el premio ha variado con frecuencia, aunque siempre ha sido respaldado por los medios de comunicación más importantes de la entidad y por la Universidad de Guadalajara. En la convocatoria de 2016 siete universidades y nueve medios apoyaron el premio, entre ellos solo dos periódicos, El Informador y El Occidental.

Además de la polémica que desató la entrega del premio a Javier Hurtado, dos reconocidas académicas que han participado como jurados en diferentes categorías del premio (cuyo nombre reservo a petición de ellas mismas), coincidieron en señalar que en las reuniones para valorar los trabajos y emitir el veredicto sobre quienes serían los ganadores, las opiniones de los dueños de los medios y de las autoridades universitarias suelen tener mucho peso, y aunque su opinión se escucha, “cuenta a medias”.

Este texto finaliza con un dato interesante: tras hacer una lectura crítica de los títulos de trabajos ganadores del premio estatal en el año 2000, se pudo comprobar que algunos de los asuntos que cubrían los periodistas hace 16 años son los mismos que en la actualidad: inseguridad, secuestro, corrupción e impunidad. Tres ejemplos: la nota para prensa escrita de Héctor David Dorantes “Presa por homicidio y por un testimonio inverosímil”; la nota para radio de Josefina Real “La industria del secuestro, un lastre en Jalisco”, y el reportaje de José Díaz Betancourt “Impunidad abierta: el trabajo de menores”. Lamentablemente, esto nos dice que el contexto real en el estado no ha cambiado mucho, seguimos padeciendo y viviendo los mismos problemas desde hace varias décadas.

 

[*] Frase atribuida a Javier Darío Restrepo, publicada en la cuenta de Twitter de Gumersindo Lafuente @sindolafuente, el 23 de noviembre de 2016.

 

[1] En una de las notas que localicé en El Informador y que se titula “Útil e indispensable la labor social de los periodistas: GCV”, p. 3–C, del lunes 23 de diciembre de 1991, se hace referencia a la edición número xv de ese concurso, por lo que puede deducirse que esos premios se entregaban desde los años ochenta. Nota consultada en pdf el 30 de agosto de 2016 en la hemeroteca digital del diario: http://hemeroteca.informador.com.mx/

[2] Nota sin crédito de autor publicada en la portada del periódico El Informador el miércoles 4 de septiembre de 1996. Consultada en pdf en la hemeroteca digital del diario: http://hemeroteca.informador.com.mx/

[3] Entrevista realizada a Cristina Morfín Ramírez el 20 de septiembre de 2016, en Guadalajara, Jalisco.

[4] Primera convocatoria del Premio Jalisco de Periodismo. Publicada en la página 9–D en el periódico El Informador el sábado 19 de octubre de 1996. Consultada en pdf en la hemeroteca digital del diario: http://hemeroteca.informador.com.mx/

[5]  Entrevista realizada a Cristina Morfín Ramírez el 20 de septiembre de 2016, en Guadalajara, Jalisco.

[6] Nota sin crédito de autor publicada en la portada del periódico El Informador, miércoles 23 de julio de 1997. Consultada en pdf en la hemeroteca digital del diario: http://hemeroteca.informador.com.mx/

[7] Nota sin crédito de autor publicada en la página 3–B del periódico El Informador el jueves 23 de agosto de 2001. Consultada en pdf en la hemeroteca digital del diario: http://hemeroteca.informador.com.mx/

[8] Entrevista realizada a Cristina Morfín Ramírez el 20 de septiembre de 2016, en Guadalajara, Jalisco.

[9]  Nota informativa sin crédito de autor titulada “En 2007 el ‘Emisario’ se renueva; la fecha límite para entregar los trabajos es el 20 de octubre”, publicada en la página 4–B de la sección Local del periódico El Informador el 14 de septiembre de 2007. Consultada en pdf en la hemeroteca digital del diario: http://hemeroteca.informador.com.mx/

[10] Nota informativa de Javier Espinosa titulada “Anuncian convocatoria del Premio Jalisco de Periodismo 2008” (S.F.). Publicada en línea en el sitio web de El Informador. Consultada el 12 de octubre de 2016 en: http://www.informador.com.mx/jalisco/2008/40845/6/anuncian-convocatoria-del-premio-jalisco-de-periodismo-2008.htm